lunes, 22 de noviembre de 2010

La frutilla podrida de un postre de mal gusto

Por Nelson Castro
En esta semana en la cual el bochorno otra vez ha reinado en la Cámara de Diputados, el episodio relevante, la frutilla podrida de este postre de mal gusto ha sido el cachetazo de la diputada Graciela Camaño al diputado Carlos Kunkel.
Al respeto debo decir que Carlos Kunkel es sin duda un provocador, está ahí para eso, y esto es algo reprochable. Ahora, siendo reprochable, de ninguna manera justifica y excusa a la diputada Graciela Camaño, lo que hizo es realmente lamentable.
Más allá de su pedido de disculpas, esto la inhabilita para ser la presidenta de la comisión de Asuntos Constitucionales, porque ante una situación como esta en la cual ella y otros diputados tienen identificada esta acción de Kunkel, allí está el temple de quien es el presidente de una comisión para decir “esto responde a algo” y hay una exigencia de una conducta superlativa.
Algunos dicen “bueno, todos somos humanos”, seguramente, pero hay funciones que exigen conductas casi extraordinarias. Quien preside una comisión de la Cámara de Diputados, y la de Asuntos Constitucionales, tiene el derecho de responder o no a la provocación, pero nunca con la violencia.
En el contexto de esta actitud provocativa de Kunkel, lo que dijo de Barrionuevo no es ninguna novedad. El tema de Catamarca, de “hay que dejar de robar por dos años”, son temas en los que el reproche a Barrionuevo ha sido unánime.
Por lo tanto no he visto ninguna actitud ni de provocación ni novedosa, hay cosas peores que ha hecho Kunkel. Por ende esta actitud de la diputada es inaceptable, es incompatible con su continuidad en este cargo y debemos ser muy severos en esto porque, ¿que hubiéramos dicho si esto lo hubiera hecho alguien del gobierno?
Yo hubiera opinado exactamente lo mismo, que esta persona, en este caso Camaño, no está en condiciones de presidir la comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara de Diputados .